Paralelamente, la novela presenta otras subtramas románticas, como la relación entre Jane Bennet, la hermana mayor de Elizabeth, y el señor Bingley, y el escándalo provocado por Lydia Bennet, la hermana menor, quien se fuga con el despreciable George Wickham.
A través de interacciones cargadas de tensión y de revelaciones que desafían las primeras impresiones, Elizabeth y Darcy evolucionan, llegando a comprenderse y a amarse de manera auténtica.
Bien... Obviamente es una novela que tiene de fondo bastante más de lo que parece, pero lo que más me llama la atención, es el hecho de cómo se utiliza esta novela como crítica a las limitaciones sociales que afectan las oportunidades de las mujeres y satiriza la obsesión con la riqueza y el estatus. Sobre todo, al principio, la manera en que las hijas del Sr. Bennet no pueden heredar sus propiedades y tienen que pasar a un primo lejano, simplemente por ser mujeres, debido a que el Sr. Bennet no tiene hijos hombres, ni siquiera a su esposa, que quedaría desamparada, es duramente criticado por la autora, y ya sabemos que, para esa época, debió de ser un pronunciamiento bastante importante.
En cuanto a la demás temática, es recurrente en la autora (por lo menos en sus primera cuatro novelas, que son las que he leído) la temática de la historia romántica, el hecho de que sus historias terminen en la boda de la protagonista.
Es una sátira bastante buena, divertida, y el romance no abruma al lector. Una muy buena novela, que definitivamente recomendaría a cualquier tipo de lector.